Hoy el día lo empezábamos con pocas ganas de arriesgar, decidimos ir al que para muchos es el templo del “esmorzar”, “casa Julian”, en la Barona.
Pero lo que parecía un día con 0 aventura, terminó siendo un día de improvisación y gratos descubrimientos. (ya que “casa Julián, cierran los lunes por descanso del personal)
Terminamos en Villafamés, lo primero que nos sorprendió fue el pueblo en sí. Pueblo que aconsejamos visitar. Es de visita obligada el castillo y la” roca grosa”, así como perderse por sus calles estrechas.
Y lo segundo fue el bar “calauela”. Situado en “la plaça de la Font, 3”
Queremos empezar destacando la ubicación del local, ya que se encuentra en el centro del pueblo y desde la terraza hay unas bonitas vistas. El local en sí, no es nada del otro mundo, pero está correcto. Nosotros decidimos almorzar en la terraza.
En la barra, había alguna elaboración, como por ejemplo, habas con embutido, croquetas de bacalao o boquerones en vinagre. Nosotros decidimos probar las croquetas de bacalao, un bocadillo de panceta con ajo-aceite y uno de tortilla de patata con ajo-aceite.
El vino a granel, de una calidad media baja. Bien de sabor, pero un poco basto y alcohólico. La gaseosa de cristal y marca “la casera”, pero como siempre, pequeña.
Junto con la bebida, nos trajeron una ensalada de cebolla y aceitunas (del terreno), con un aceite de muy buena calidad. ¡Un lujazo!
Además el pan que nos sacaron era de los de pueblo de verdad, corteza crujiente y con mucho sabor y miga muy alveolada y jugosa. ¡Menuda combinación!
Las croquetas de bacalao, caseras, con bastante bacalao y con el toque que le dan los piñones, muy acertadas. Por poner alguna pega les faltaba un toque de sal. Pero eso ya es una apreciación personal.
En cuanto a los bocadillos, resaltar una vez más el pan, tremendo. El ajo-aceite, de bote pero pasable. La panceta de buena calidad, crujiente y jugosa, rematada con unas escamas de sal que le quedaban muy bien.
Y con la tortilla también quedamos satisfechos, hecha al momento. Cierto es que nos gusta más con cebolla, pero estaba buena.
Llegamos a los carajillos.
Empezamos con el de Ron esta vez, para cambiar un poco. (ya hemos dicho que hoy era un día de aventura y de locuras. Jejeje)
Nos defraudó un poco que el carajillo no tardará apenas 3 minutos en llegar a la mesa desde que lo pedimos, ya que eso te asegura que no lo han quemado al momento. Pero al probarlo, vimos que sobre estar quemado con anterioridad, el resultado era muy bueno. Cierto es que tenía un ligero exceso de dulzor, pero estaba correcto. Para repetir, vamos.
Con el de brandy, misma situación. Carajillo quemado con anterioridad, pero con un resultado más que aceptable. En este encontramos más presencia de alcohol, por lo tanto el grado de dulzor se rebaja y encontramos un carajillo muy bueno.
Si estás en Vilafamés, es un lugar que recomendamos visitar.
Resaltamos sobretodo el carajillo de brandy, la calidad del pan y la relación calidad precio, 9,25€ (tapa de croquetas de bacalao, ensalada, vino y gaseosa, bocadillo y dos carajillos).
¡Nos vemos en el siguiente destino!
Resumen
| CLASIFICACIÓN | PUNTUACIÓN |
| Comida | 6.75 |
| Bebida | 5 |
| Local | 7 |
| Servicio | 7 |
| Carajillo | 7.5 |
| Precio | 8.5 |
La primera vez que fui a Calauela, también fue por la misma razón que vosotros. Julián tenía la persiana bajada.
Entramos a Calauela porque tenía una mesa libre y… fue un acierto total.
El gasto: la ensalada de cebollas y olivas con ese aceite muy brutal.
Los bocadillos con el pan de pueblo excelentes…
Y el carajillo de ron, en el top3 de los que he probado.
¡Volveremos!