Si eres ciclista seguro que conoces el bar “Paquita” de Eslida. Uno de los templos del almuerzo en la sierra de Espada, pero nosotros no pedaleamos (no se si lo pilláis).
Llegamos con muchas expectativas, las cuales no se cumplieron(perdón por el spoiler).
Al llegar, como era de esperar, nos encontramos con un gran local abarrotado de ciclistas reponiendo fuerzas. A pesar del tamaño del local y del volumen de trabajo que tenían, nos atendieron rápidamente. Nos gustaría resaltar que durante la visita, el trato fue excelente.

Para empezar, nos sirvieron una ensalada de lechuga, tomate, cebolla y aceitunas. Junto con los típicos cacahuetes (cacahuetes jumbo) y aceitunas. Nada destacable, però un buen comienzo y sobretodo un buen entretenimiento para esperar los bocadillos.

Para beber, vino y gaseosa. Vino a granel de graduación ligeramente alta y gaseosa la casera.

No había mucha variedad, pero suficiente como para contentar a todos. Así que pedimos uno de tortilla de jamón y queso con tomate, uno de chipirones con salsa Mery y uno de sobrasada, queso y cebolla pochada.

El tamaño de los bocadillos es realmente pequeño, hay que decir que si vienes de trabajar o de darle duro a la bici, te quedas con hambre. Pero bueno, suponemos que eso dependerá de estómagos. Los nuestros pedían más.

La calidad del pan, sin ser mala, no era como para tirar cohetes.
Los chipirones a la plancha con la salsa Mery, si que son muy recomendables. Sabrosos y en su punto de cocción. La tortilla de jamón y queso, también estaba muy acertada, hecha al momento y muy jugosa. En cuanto al de sobrasada, diremos que no estaba malo, pero si que nos decepcionó un poco la calidad del queso de barra (con un queso con un poco más de sabor, hubiera sido un bocadillo muy recomendable).
Echamos en falta la posibilidad de pedir algún tipo de tapa al centro como solemos hacer, pero bueno, cada casa tiene su forma de trabajar.

Llegamos al momento de los carajillos. Si, los famosos carajillos del casa Paquita de Eslida.
La primera impresión cuando los vimos llegar, no fue muy buena, ya que la espuma blanca producida por la miel, nos pareció muy poco estética. El primer sorbo nos sorprendió y nos gustó mucho. Ya que el sabor y profundidad que aporta la miel, es muy interesante. Pero al llegar a la mitad del carajillo, se nos empezó a hacer un poco cuesta arriba. El dulzor, la densidad y el sabor de la miel, nos empezó a saturar. El segundo lo pedimos por principios (y porque queríamos probar el de Ron), nos pasó lo mismo.
Por lo tanto, no recomendamos pedir el segundo (eso para nosotros es una decepción muy grande), pero si eres muy goloso o muy fan de la miel, entendemos que te puedan gustar.

En definitiva, creemos que es un sitio en el que no almuerzas mal, pero que creemos que tal vez no merezca la fama que tiene. Y sobretodo lo que no compartimos para nada es la fama que ostenta su carajillo. Pero como ya hemos dicho anteriormente para gustos los colores…
¡Nos vemos en el siguiente destino!
CLASIFICACIÓN | PUNTUACIÓN |
Comida | 6,75 |
Bebida | 6 |
Local | 7 |
Servicio | 7,75 |
Carajillo | 6 |
Precio | 8 |